Frente a la partida de un hijo, podemos tomar dos caminos: Morir con ellos y enterrarnos en el dolor, la ausencia y vacío; y convertirnos en padres o hermanos marchitos, nostálgicos y heridos crónicos; o podemos tomar otro camino, el de seguir viviendo por ellos, recordándolos, extrañándolos siempre, pero cultivando al mismo tiempo la alegría y la esperanza en todas las áreas de nuestra vida.
El libro “Tengo un hijo en el cielo” del escritor Juan Barrera es un recorrido por los posibles caminos de restauración que Dios da a nuestras vidas por su palabra.